domingo, mayo 22, 2016

Javier Colis, el hombre, la guitarra y la voz

Don Javier Colis acaba de sacar su nuevo disco NADIE EN EL ESPEJO, en Luscinia Records, motivo por el cual, al interesarme sobremanera lo escuchado (¡¡¡esa guitarra, DIOS!!!!), he querido hacer aquí una pintura impresionista e íntima del hombre behind:
 1 – Hola, Javier 
Hola, Alicia. Un placer estar por aquí. 
2 – ¿Hermanas o hermanos? Tengo dos hermanas y dos hermanos. Todos tienen talento y sensibilidad. Cada uno a su manera. Y todos con mucha personalidad. Con mi hermano Nacho he hecho muchas cosas. Es un grandísimo batería. Y gran dibujante, por cierto. A Nacho le llevo dos años y medio. Con mi hermana Cuca también he hecho alguna cosa. Le he puesto música a algunas de sus marionetas. Ahora que lo pienso, no sé cómo hubiera acabado todo aquello a día de hoy…Cuca ocupa un lugar estratégico central entre los hermanos. Es la que ha picoteado en casi todo: teatro, marionetas, diseño, música, dibujo…pero no se ha dedicado a nada de ello durante mucho tiempo. Todo un personaje. Es cinco años mayor que yo y cinco años menor que Isabel, mi otra hermana. Isabel es muy polifacética: dibuja, diseña, hace escenografías y vestuario para teatro. Es jardinera, también. Lo hace todo, además, de maravilla. Súper habilidosa. Todo un carácter. At last but not least, Octavio, el mayor. Muy polifacético también. Estudió Artes Escénicas y estuvo trabajando un tiempo en el Teatro Español pero después se decantó por la pintura y la escritura. Es 15 años mayor que Nacho y casi 13 mayor que yo. Se fue pronto de casa, con 17 o 18: yo tendría cuatro o cinco y tengo pocos recuerdos de convivencia familiar con él. Hemos hecho cosas juntos. Básicamente colaboraciones mías en cosas suyas: exposiciones, vídeos, serigrafías y tal. Les quiero mucho a todos ellos.

3 – Tengo unas diez guitarras. Una acústica, una electroacústica, una española, una mini acústica de viaje, una mini eléctrica y cuatro eléctricas. Vaya, pues entonces me salen nueve. Serán nueve. Normalmente, en casa, toco, practico y compongo con la electro acústica Yamaha APX-4A. Es una guitarra que me encanta. La tengo desde hace más de veinte años y cada día suena mejor. En casa la uso, normalmente, en modo acústico. Que no la enchufo, vamos. Con la eléctrica, siempre he sido muy de Les Paul. Tengo dos Studio. Una de ellas tuneada con un trémolo Bigsby. Esto lo hice porque de 2010 a 2015 estuve tocando con una Gretsch Silver Jet Electromatic y le cogí vicio y ley al trémolo. Me encanta esta Gretsch, también. Tengo aún la que me regaló mi padre. Una Ibanez Recording preciosa, con la que grabé mis primeros discos (Vamos a Morir, Demonios Tus Ojos y el primero de Mil Dolores Pequeños) y a la que tengo mucho cariño. Y todavía suena muy bien, de hecho. La relación con un instrumento musical, en mi caso con la guitarra, es delicada pero intensa, placentera pero exigente. Libre pero esclava. Y nunca se acaba de aprender. Siempre se está empezando. Es como la vida. De todas formas yo no me considero un guitarrista. Por lo menos un buen guitarrista. Tanto mi técnica como mis conocimientos teóricos son mediocres. Yo me considero un artista (mejor o peor), un creador (mejor o peor). Para ser un guitarrista, un especialista, hacen falta una serie de requisitos, dedicación, tiempo y habilidad que yo nunca he poseído. Por otra parte creo que soy el único músico español de rock que tiene obra en el Reina Sofía de Madrid, creo… Una cosa por otra…jajaja Finalmente decir que me gustan mucho mucho las guitarras. Me parece un instrumento maravilloso.

4 – La voz. Me gusta mucho cantar. Lo hago desde pequeño. A los cuarenta, aproximadamente, me bajó media octava debido a un ataque: un violento puñetazo en la nuez. Como lo de Zappa, aunque lo suyo fue accidental…bueno, ahora que recuerdo creo que fue un loco que se subió al escenario y le empujó a un foso de tres metros de profundidad. En ese caso lo de Zappa fue más espectacular y lo mío más casero. Como en cualquier otra cosa en la que osara compararme con Zappa, por otra parte. Últimamente voy recuperando esa media octava. Todo bien.

5 – Vientos, metales. Los vientos y los metales me llevan, a bote pronto, hacia mi padre. Era muy aficionado al dixieland e inmediatamente relaciono las trompetas, los saxos, los trombones, los clarinetes…con aquella loca y maravillosa música. En el rock hay pocos casos en los que el saxo me haya gustado. Morphine, desde luego. The Lounge Lizards, que no eran ni rock ni jazz sino todo lo contrario y pocas cosas más. Bueno, sí. James Chance, Tuxedomoon…y habrá más por ahí que ahora no recuerdo. Bueno, a ver, en el Island de King Crimson hay un saxo en ‘Ladies on the road’, que es una pasada. También Savoy Trufle, una de las canciones de Harrison en el disco blanco de los Beatles, son una pasada los saxos. Y bien metidos. Y Bowie, claro. Al final quizá haya bastantes cosas con saxo en el rock que me gustan pero, en cualquier caso, son una minoría. En el jazz me parecen imprescindibles. La lista de sopladores legendarios es extensa e inagotable. Como expresión musical me parecen, todos los instrumentos de viento (incluso las gaitas cuando suenan muchas a la vez) una maravilla que conecta con el ser. Nada más y nada menos.

6 - Estrés: conciertos, giras. Ni un concierto ni las giras deberían ser estresantes, pero muchas veces lo son. Eso, evidentemente, es más problema del artista/persona que del hecho en sí. Con el tiempo se aprende pero las circunstancias, muchas veces, mandan.

7 – Alegrías, decepciones. Eso depende de cada uno, creo. El mismo hecho puede ser mágico o anodino dependiendo de quién lo viva o lo cuente. Alegrías, decepciones…de eso, entre otras cosas, está compuesta la vida. Se trata de saber, o aprender a, gestionar todo eso. Seamos realistas, pidamos lo imposible (o algo así). Y seguir, razonablemente, contento.

 8.- ¿Te imaginas nuestro espacio surcado por ondas, sonidos y olores imperceptibles? ¿Somos muy romos? ¿Tendrá eso remedio? Sí, lo imagino. No me cabe la menor duda. Somos romos, sí. ¿Remedio? Poco a poco. De momento parece que se va prohibiendo el toro de la vega pero queda…

9.- ¿Es el sexo de la mayor importancia? ¿Por qué sí o no? Creo que sí. Si no tienes una buena relación con el sexo, tienes problemas, disfunciones y frustraciones, represiones, que te convierten en un enfermo. En cualquier caso creo que ahora está muy valorado el sexo en cantidad. Yo me quedo con la calidad. El sexo puede ser frustrante también con una equivocada administración. Unas veces lo correcto es mañana, tarde y noche. Otras, más espaciado…Y todas están bien. Lo rutinario y lo esporádico. Pero el sexo, siempre.

10.- Tus mayores deseos. Paz y amor en el mundo. Y ciencia. Y arte. Y justicia. Seamos realistas, pidamos lo imposible (again).

11.- Un concierto (tuyo o de otros/as) que te haya marcado; o más. El concierto que di en el Drom Club de Nueva York. 2008. Era la primera vez que salía solo a un concierto. Hora y cuarto yo solo ahí, en el escenario. Y tenía que ser en Nueva York…Me lo pasé en grande y fue un éxito. Por cierto que entre el público estaban Richard Hell (y su chica), John Giorno (y su chico), Perla Batalla y el productor Hal Winner, que me compró tres discos después del concierto. Inolvidable. 
Muchas gracias, Javier, y el mayor de los éxitos y alegrías, ha sido un auténtico placer leerte. 
Un placer la entrevista, Alicia. Gracias.