sábado, agosto 01, 2009

Querido diario agosto 009.

Sábado 1 de agosto.

Me quedo sola (¡¡después de 10 años o así¡¡). Por la tarde hay poca gente en el Barronal y vivo mi acostumbrado e intenso éxtasis por los montes y el prolongado baño de mar, desnuda y bien adentro. Un poco de olas, algo de viento, pero poco; quince minutos de camino de vuelta, como a la ida; todo está espeluznantemente bonito.

Ahora (20:30 horas) estoy en el pueblo, toda salada aún, salvaje, sin peinar y sin ropa interior (como el adorable Mathias, San Mateo, en Que se levanten los muertos, de Fred Vargas; ¡gracias, Carmen¡). Le pongo a Pejo el siguiente sms: In paradise, hope it lasts¡¡ Me dispongo a meterme unas baratas y nutritivas sardinas y creo que luego, cuando vayan llegando los horteras del sábado noche, me iré a leer.

Los de la mesa de al lado son franceses; mucho francés por aquí ahora.

Luego llegan lxs sempiternxs madrileñxs con sus niñxs, y me deben encontrar arrebatadora porque piden exactamente lo mismo que yo: ensalada y sardinas (por cierto, ¡qué mal las han hecho¡, me siento tentada a advertirles...).

Cuando pueda hacer una compra trataré a este CUERPO como se merece y pondré en práctica la maravillosa máxima: Trátate a ti misma tan bien, al menos, como tratas a tus amigxs.

¡¡¡PERO TE QUIERO, PEJO, MI AMOR¡¡¡

(la sal pegada a la piel mientras las maripuris van llegando con kilos de maquillaje, tacones, perfumes...).

¡¡Hasta pronto¡¡¡

Alixx