viernes, noviembre 17, 2006

Alerta roja; modelo brasileña de 21 años muere de anorexia

Medía 1´74, apenas pesaba 40 kilos y hacía tiempo que sólo se alimentaba de manzanas y tomates. Es de sentido común afirmar que el problema de la anorexia y la excesiva delgadez tiene un sustrato de afán desesperado por la aceptación y el cariño de los demás, tanto en el terreno profesional como en el personal. El otro día comentaba con un reputado psicólogo/psiquiatra que el intenso bombardeo al que nos vemos sometidas las mujeres desde los medios de difusión (televisión, revistas, también cine y teatro, danza, etc.) desde nuestra más tierna infancia (véanse también Barbies y similares) da como resultado un modelo de cuerpo grabado a fuego que, desde luego, ha de ser "delgadísimo" por fuerza. De hecho, las "gorditas" se ven sistemáticamente rechazadas o excluidas de muchos círculos por el mero delito de no ajustarse estrictamente a los prototipos imperantes (Nicole Kidman, Kate Moss, etc.). Pero... ¿has conocido alguna "gordita" que haya enfermado o muerto por ello? No, desde luego, a menos que sea realmente obesa o de muy avanzada edad y con otros achaques subsidiarios, por tanto... Sin embargo, no es la primera vez que una chica, una mujer joven -y no tan joven, otras veces- enferma gravemente o pierde nada menos que la vida, ante la desesperación de su madre (ver el vídeo que linkeo) , porque los modelos impuestos, básicamente masculinos, la hacen sentir inmensamente desgraciada (ya que ellas se siguen viendo gordas aunque se estén muriendo, literalmente, de desnutrición). Pero no os confundáis; esto no es un problema que afecte solamente a modelos "histéricas"; yo misma he podido presenciar, alucinada, ese mismo fenómeno en amigas y conocidas; siempre se ven gordas, siempre nos ven gordas a las demás y sueñan con estar tan delgadas como Isabel Preysler para ser más "esbeltas y elegantes" y... algo menos mujeres, en definitiva (que es, por otra parte, lo mismo que persiguen muchos hombres misóginos y/o gays). Las mujeres estamos biológicamente equipadas para almacenar algo más de grasa que los hombres, constitucionalmente hablando, pero es grasa rica, saludable y hasta hidratante y nutritiva que aporta energía, fuerza, vigor y bienestar (siempre que no sea en gran exceso, como todo). Por favor, no os matéis de hambre ni colaboréis a que eso ocurra con comentarios o pensamientos mordaces y, sobre todo, anti-vida. Pobre chica; pobre madre. Pensad en ello.

Abrazos y buen finde,

(M) Alicia (Cool) XXX, contra la extrema delgadez y decididamente a favor de unas carnes morenas -o rubias- bien puestas

(Todo el artículo en EL PAÍS de hoy, y el vídeo, aquí)